La
relación clínica constituye el pilar principal de toda asistencia sanitaria. A
lo largo de la historia, esta relación se ha sustentado en el principio de la
beneficencia.
Principio de la Beneficencia
Se entiende cómo actuar siempre en beneficio del enfermo.
Este
principio primaba por sobre el resto (autonomía, no maleficencia y justicia), y
servía de base para la justificación del modelo paternalista a la que se vio
sometida la medicina durante muchos años.
Modelo Paternalista vs. Deliberativo en Medicina
Este modelo, se caracterizaba por un
médico autoritario y un paciente que, ante los ojos de los profesionales de la
salud, se encontraba incapacitado para tomar decisiones sobre su propia salud,
debido a su estado de enfermedad, por lo que tales decisiones recaían sobre el
médico que estaba a su cargo.
Estos últimos años, el paternalismo en la
medicina se ha visto sustituido por un modelo deliberativo, en el cuál prima el
valor de la autonomía por sobre los demás, y esta transición se debe a diversos
factores, entre los que se encuentra el considerar a un enfermo como una
persona adulta autónoma, capaz de decidir sobre procedimientos o tratamientos
que tienen una injerencia directa en su salud.
Además, el avance de la
tecnología y los nuevos descubrimientos han llevado a que exista una gama de
opciones en cuánto a tratamientos respecta, acabando con la dicotomía
vida-muerte que existió en algún momento de nuestra historia.
El cambio entre
el modelo paternalista y el deliberativo, y en consecuencia, el giro que toma
la relación médico-paciente una vez ocurrida esta transición, se materializa en
la aparición del consentimiento informado, el cual debe ser visto como la
aceptación de un procedimiento (terapéutico o diagnóstico), por parte de un
paciente competente, después de haber sido informado correctamente por parte
del profesional de la salud, de manera que se encuentre libre ante la decisión
sobre su propia salud.
Beneficio Mutuo.
El consentimiento beneficia a
ambos integrantes de la relación médico paciente. Por un lado, es un
instrumento legal que le proporciona la mejor defensa al médico contra las
demandas de los pacientes que fueron informados de manera adecuada acerca del
tratamiento propuesto y del posible daño. Debido a la intromisión de otras
áreas en el área de la salud, comenzó un sinfín de reclamos y demandas legales
contra médicos con el fin de obtener ganancias y para obtener beneficios
económicos argumentando no sólo las consecuencias, sino falta de información
sobre ellas, aun cuando dicha información se proporcionó verbalmente.
Entre las
ventajas del consentimiento informado escrito, resalta la importancia que
constituye una constancia más completa de la información que se le dio al
paciente o a sus responsables, ya que precisa totalmente la naturaleza,
beneficio, alternativas y riesgos del tratamiento de una manera concisa y no
depende únicamente de la memoria del facultativo o de sus pacientes.[1]
Si hubiera un reclamo, el consentimiento informado escrito podrá ser utilizado
como documento legal vital en su defensa.
Por otro lado, el paciente se ve
enormemente beneficiado, ya que el consentimiento informado obliga al médico a
proporcionarle toda la información con respecto a tratamientos y/o
procedimientos posibles, combatiendo de esta manera la ignorancia que pueda
llevar a una mala decisión que atente contra su salud y también, evita una
influencia nociva y mal intencionada por parte del profesional de la salud, que
se aleje del principio de beneficencia.
Autor: Felipe Parada
Bibliografía: Mendoza-Romo, M; Nava-Zárate, N; Escalante-Pulido, J. Aspectos éticos y legales del consentimiento informado
en la práctica e investigación médica. Gaceta Médica de México. Serie en internet Citado 2017, Mayo 11. Vol. 139. p 184-187. Sitio web: http://www.medigraphic.com/pdfs/gaceta/gm-2003/gm032o.pdf.
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